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Baños de María Padilla

Los baños de María de Padilla son una cripta abovedada con tres naves, una zona subterránea, que incluye un aljibe y que se encuentra debajo del patio del Crucero. Se accede a través de una bóveda de cañón con los característicos azulejos que sale al jardín de la Danza, por un patio con una galería con arcos y decorado con grutescos en las columnas, en cuyo centro se encuentra la Fuente de Troya.

 

Es de origen almohade. En esta estancia se encuentran supuestamente las salas donde tomaba sus baños la amante del rey Pedro I, doña María de Padilla.

 

Se cree que Doña María de Padilla, la amante del rey Pedro I el Cruel, caminaba desnuda por el palacio y se bañaba en este precioso aljibe de piedra revestida en cal. También cuenta la leyenda que Pedro I hacía beber del agua en el que se bañaba Doña María a todos aquellos que le visitaban. Una vez bebían, daba comienzo a la audiencia.

Lo más curioso del romance entre Pedro I y Doña María es que nunca se casaron. Mantenían relaciones extramaritales mientras Pedro se casaba con otras mujeres. Si bien es cierto que fue Doña María de Padilla quién le dio más descendencia. Pedro I consiguió que el arzobispo de Toledo anulara todos sus matrimonios previos y declararan reina a Doña María de forma póstuma. Los restos de ambos descansan juntos en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.

 

En realidad, se trata de un aljibe almohade del siglo XII y XIII situado en la antigua planta baja del Patio del Crucero. En época del rey Alfonso X fue cubierto con bóvedas de crucería típicas del gótico. Existen corredores laterales donde aparecen pinturas murales renacentistas del siglo XVI.

 

Con el terremoto de Lisboa de 1755, se necesitó que se macizara el lugar, quedando las construcciones almohades bajo las reformas barrocas. Así se convirtió en un sótano. La luz natural entra en las estancias por los diversos huecos laterales existentes en la superficie del Patio del Crucero, lo cual permite renovar el aire.

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